Queridos alumnos, al partir de nuestras aulas, al dejar atrás todo este sendero recorrido en estos años que pasaron, queremos agradecer su compañía, sus sonrisas, juegos, miradas, locuras de niños, pero en especial el gran privilegio de haber sido nuestros alumnos; habernos permitido ayudar a forjar su temple, carácter y guiarlos para formar personas de bien. Hoy al cerrar este camino andado enfrentan otro sendero desconocido, pero tengan la convicción que sabrán sortearlo ya que tienen todas las herramientas necesarias para alcanzar nuevos logros. «LAS ALAS YA LAS TIENEN, EL CIELO ES EL LÍMITE Y LA FUERZA LA LLEVAN EN SUS CORAZONES». Bendiciones y hasta siempre.